La dialéctica como estrategia de enseñanza y aprendizaje
La dialéctica es un arte antiguo que se remonta a los filósofos griegos como Sócrates y Platón. Consiste en un método de discusión que busca llegar a la verdad mediante el intercambio de argumentos y contraargumentos, proponiendo tesis y antítesis. El resultado de una dialéctica puede ser la refutación de una proposición relevante, o una síntesis, o una combinación de las afirmaciones opuestas, o una mejora cualitativa del diálogo.
La dialéctica se diferencia de la erística, que es una forma de disputa que tiene como objetivo vencer al otro sin importar la verdad, y de la mayéutica, que es una forma de enseñanza que consiste en hacer preguntas al otro para que descubra la verdad por sí mismo.
La dialéctica puede ser una herramienta poderosa para dirigir una conversación, ya que permite explorar diferentes puntos de vista sobre un tema, profundizar en el razonamiento y la evidencia de cada uno, y llegar a un acuerdo o a una comprensión mutua. Sin embargo, para usar la dialéctica de manera efectiva, se requieren algunas habilidades y actitudes. Aquí te presentamos algunas recomendaciones para aplicar la dialéctica en tus conversaciones:
Escoge un tema apropiado
No todos los temas son adecuados para una dialéctica. Algunos temas pueden ser demasiado complejos, ambiguos o subjetivos para ser abordados con este método. Otros temas pueden ser demasiado sensibles, polémicos o personales para ser discutidos con respeto y objetividad.
Por lo tanto, es importante escoger un tema que sea relevante, interesante y accesible para los participantes de la conversación. Un buen tema debe tener las siguientes características:
• Ser claro y específico: El tema debe estar bien definido y delimitado, sin dejar lugar a confusiones o malentendidos.
• Ser cuestionable: El tema debe admitir diferentes opiniones o perspectivas, sin tener una respuesta única o evidente.
• Ser significativo: El tema debe tener alguna importancia o relevancia para los participantes o para la sociedad en general.
• Ser investigable: El tema debe poder ser respaldado por datos, hechos o argumentos racionales.
Establece las reglas del juego
Para que una dialéctica sea fructífera y respetuosa, es necesario establecer algunas reglas del juego que orienten el desarrollo de la conversación. Estas reglas pueden variar según el contexto y el propósito de la dialéctica, pero en general deben incluir los siguientes aspectos:
• El objetivo: El objetivo de la dialéctica debe ser claro y compartido por todos los participantes. Por ejemplo, el objetivo puede ser resolver un problema, tomar una decisión, aprender algo nuevo o simplemente ampliar el horizonte mental.
• El rol: Cada participante debe asumir un rol activo y responsable en la conversación. Por ejemplo, uno puede ser el proponente de una tesis, otro el oponente de una antítesis, y otro el moderador o facilitador del diálogo.
• El tiempo: Se debe establecer un tiempo límite para cada intervención y para la duración total de la conversación. Esto ayuda a mantener el foco y el ritmo de la dialéctica.
• El tono: Se debe mantener un tono cordial y constructivo en la conversación. Se debe evitar el uso de insultos, ironías, falacias o descalificaciones personales. Se debe respetar el turno de palabra y escuchar con atención al otro.
Sigue el método dialéctico
El método dialéctico se basa en tres pasos fundamentales: tesis, antítesis y síntesis. Estos pasos se pueden repetir tantas veces como sea necesario hasta llegar a una conclusión satisfactoria. Veamos cada uno de ellos:
• Tesis: Es la afirmación inicial o principal sobre el tema. Debe ser clara, coherente y fundamentada. Por ejemplo: "La educación a distancia es más eficaz que la presencial".
• Antítesis: Es la negación o contradicción de la tesis. Debe ser igualmente clara, coherente y fundamentada. Por ejemplo: "La educación a distancia es menos eficaz que la presencial".
• Síntesis: Es la superación o reconciliación de la tesis y la antítesis. Puede ser una nueva afirmación que incorpore elementos de ambas, o una reformulación o matización de una de ellas. Por ejemplo: "La eficacia de la educación a distancia depende de varios factores, como el tipo de materia, el nivel de los estudiantes, los recursos disponibles y el apoyo docente".
Evalúa el resultado
Al finalizar la dialéctica, es conveniente evaluar el resultado de la conversación. Esto implica reflexionar sobre lo que se ha aprendido, lo que se ha acordado y lo que se ha mejorado. Algunas preguntas que pueden ayudar a esta evaluación son:
• ¿Qué hemos descubierto o comprendido sobre el tema?
• ¿Qué argumentos o evidencias nos han parecido más convincentes o relevantes?
• ¿Qué puntos de vista o perspectivas hemos incorporado o modificado?
• ¿Qué conclusiones o soluciones hemos alcanzado o propuesto?
• ¿Qué dificultades o desafíos hemos enfrentado o superado?
• ¿Qué aspectos podemos mejorar o profundizar en futuras conversaciones?
La dialéctica es un método que puede enriquecer nuestras conversaciones y nuestro pensamiento. Nos permite explorar diferentes ángulos de un tema, confrontar nuestras ideas con las de otros, y llegar a acuerdos o consensos. Sin embargo, para usar la dialéctica de manera efectiva, se requiere de habilidades como el razonamiento, la argumentación, la escucha y el respeto. Estas habilidades se pueden desarrollar con la práctica y el interés por aprender.
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