Qué es la disonancia cognitiva y como evitarla

 ¿Alguna vez has hecho algo que va en contra de tus valores o creencias? ¿O has tenido que elegir entre dos opciones que te parecían igualmente buenas o malas? ¿O has cambiado de opinión sobre algo después de recibir información nueva o contradictoria? Si has vivido alguna de estas situaciones, es probable que hayas experimentado lo que se conoce como disonancia cognitiva.


La disonancia cognitiva es un fenómeno psicológico que se produce cuando tenemos dos o más pensamientos, creencias, actitudes o comportamientos que son incompatibles o inconsistentes entre sí. Esto nos genera un sentimiento de malestar, incomodidad o tensión, que nos motiva a buscar una forma de reducirlo o eliminarlo.


La disonancia cognitiva fue descubierta y estudiada por el psicólogo Leon Festinger en la década de 1950. Festinger observó que las personas tendemos a buscar la coherencia y la consistencia entre nuestros pensamientos y nuestras acciones, y que cuando hay una discrepancia entre ellos, tratamos de resolverla de diferentes maneras. Algunas de estas estrategias son:


•  Cambiar uno o más de los elementos cognitivos que causan la disonancia. Por ejemplo, si fumo y sé que es malo para mi salud, puedo dejar de fumar o convencerme de que no es tan perjudicial como dicen.


•  Añadir nuevos elementos cognitivos que apoyen o justifiquen nuestra conducta. Por ejemplo, si como carne y me preocupa el sufrimiento animal, puedo pensar que los animales no sienten dolor o que son necesarios para mi alimentación.


•  Reducir la importancia o el valor de uno o más de los elementos cognitivos que causan la disonancia. Por ejemplo, si me gusta una persona y me rechaza, puedo pensar que no era tan atractiva o interesante como creía.


•  Evitar la exposición a información o situaciones que aumenten la disonancia. Por ejemplo, si soy religioso y tengo dudas sobre mi fe, puedo evitar leer libros o ver programas que cuestionen mis creencias.


Estas estrategias pueden ser más o menos efectivas para reducir la disonancia cognitiva, pero también pueden tener consecuencias negativas para nuestra salud mental y nuestro bienestar. Por ejemplo, pueden limitar nuestro pensamiento crítico, nuestra capacidad de aprendizaje y nuestro crecimiento personal. También pueden afectar a nuestras relaciones con los demás, al generar conflictos, prejuicios o intolerancia.


Por eso, es importante saber cómo evitar o manejar la disonancia cognitiva de forma saludable y constructiva. A continuación te ofrecemos algunos consejos para lograrlo:


•  Sé consciente de tus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Observa si hay alguna contradicción o inconsistencia entre ellos, y reconoce el malestar que te produce. No lo niegues ni lo ignores.


•  Sé honesto/a contigo mismo/a. No te autoengañes ni te justifiques para evitar enfrentarte a la realidad. Acepta tus errores y tus limitaciones, y asume tu responsabilidad por tus acciones.


•  Sé flexible y abierto/a al cambio. No te aferres a tus ideas o creencias sin cuestionarlas ni revisarlas. Busca información veraz y contrastada sobre los temas que te interesan o te preocupan, y valora diferentes puntos de vista.


•  Sé humilde y respetuoso/a con los demás. No impongas ni descalifiques las opiniones o preferencias de otras personas. Escucha activamente lo que tienen que decirte, y trata de entender su perspectiva y sus motivos.


•  Sé curioso/a y creativo/a. Aprovecha las situaciones de disonancia cognitiva como oportunidades para aprender cosas nuevas y para explorar soluciones alternativas. No te conformes con lo conocido o lo cómodo.

By: Clau...




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